Quien enseña aprende dos veces

Ser padres siempre he pensado que es un gran regalo 

 «pero un regalo con trampa»

 

Pertenecer al mundillo de la paternidad, ya sea a edades tardías con un bagaje de vida ya corrida, en la adolescencia con un mundo por conocer, padres de rebote (ósea hijos de tu nueva pareja), o por que llegó el momento y toca, niños programados, o cuando menos te lo esperas. Sea como fuere: antes, después, por sorpresa, planificado, adoptado, … y sea a la edad que sea; tener un hijo siempre implica aprender muchas cosas.  

Y aunque digan que los niños vienen con un pan bajo el brazo, está claro que con lo que no vienen los hijos es con un libro de instrucciones.

¡¡Aunque ya nos gustaría a muchos!!

Así que desde el minuto cero en que un hijo aparece en nuestra vida, pasando por cada una de las etapas que nos tocará vivir a su lado, está claro que la vida nos cambia.

Por muy ingenieros de aeronáutica que seamos, se abre ante nuestros ojos un mundo por descubrir.

Y no digamos nada cuando aparece la tan temida ADOLESCENCIA

Pues en ella siempre ellos nos van a pedir:

  • Respuestas a problemas a los cuales jamás nos hemos enfrentado, 
  • Experiencias y vivencias nuevas de lo más inesperado, 
  • Salidas a situaciones normalmente un tanto complicadas,
  • Soluciones que no tengo y que debo de buscar,
  • Aceptar a ese “amiguill@” que no nos gusta.

Tanto para ellos como para nosotros, la época de la adolescencia es un cambio de esquemas, un primero: «¿qué me pasa?» del niño, seguido de un «¿qué te pasa?» de los padres.

Una etapa en la que son ellos los primeros que se sienten perdidos y en todo momento aturdidos ante su cambio de humor o de carácter. Aunque a nosotros nos parezcan fríos y despiadados, no penséis que vuestros hijos están aquí para amargaros la vida. No entréis en discusiones eternales e inútiles, seleccionar bien los ejes fundamentales en los que seréis intransigentes, como lo hicisteis cuando era más pequeño.

Muchos padres me dicen: «pero si no se entienden ni ellos mismo, ¿cómo los vamos a entender nosotros?»

Pero la solución a este RE APRENDIZAJE la debemos buscar hablando con ellos

Para mí, siempre será más eficaz si “LA BUSCAMOS CON ELLOS”, pero desde una

ENSEÑANZA COLABORATIVA

Esto quiere decir:

  • Planteándoles a ellos también el problema,
  • trabajando juntos por encontrar esa respuesta en equipo,
  • donde el éxito para que sea real, tiene que partir de una preocupación de todos.

 “Cuando nos enfrentamos a puntos de vista opuestos generamos incertidumbre que nos conduce a buscar más información para conseguir una conclusión más adaptada y razonada”

Séneca abogaba por este tipo de aprendizaje con afirmaciones como:

 QUI DOCET DISCET 

QUIEN ENSEÑA APRENDE DOS VECES 

Pero este aprendizaje es cosa de más de uno, tu no solo aprendes “reaprendes”, redefiniendo la manera de abordar los problemas, las dificultades, las preguntas; pero es que además no lo haces solo.

Y como cuando nació aprendió, tu hijo debe aprender de nuevo y lo mejor es que lo aprenda nuevamente contigo. Los parámetros han cambiado de cuando era más pequeño, siendo las dificultades a las que se enfrentaba también más pequeñas. Ahora el enfoque debe de ser desde otro angulo y además razonando y/o discutiendo las diferencias. 

LA ADOLESCENCIA ES EL NACIMIENTO A SU ETAPA DE ADULTO

 

Supongo que os resultará raro que os hable de aprendizaje colaborativo y adolescencia. Pero considero que es la mejor manera de abordar esta etapa.

Y además ¿por que esta foto?.  Y es que no solo se enseñan matemáticas, chino, o baloncesto… se enseñan modales, se enseña a ser solidario, así como se enseña a apreciar los pequeños detalles. Y esta foto es eso …. una parada en el camino del colegio para enseñar a: «apreciar los regalos que nos da la naturaleza».

Espero os sea de utilidad mi artículo. Y si es así, no dudes en compartirlo.

Carmen Molina.

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